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Esto no es Hogwarts


por Ignacio de Villafañe



     Me viene a la memoria ahora una de esas bromas nuevas: la imagen del Director de la escuela de magia de J. K. Rowling, Dumbledore, explicando a sus alumnos con tono paternal "Chicos, estamos en Hogwarts. Esas cosas son para La Matanza".

     El discurso doble es ya algo del pasado. Tanto Georgetown como Harvard dijeron lo mismo, inclinándose por una concepción más bien triádica para analizar el Universo K y cambiando la duplicidad por la triplicidad y la bipolaridad por algo más complejo. La Presidente habla de un modo, vive de otro y cree en algo totalmente diferente. Nada escapa más de los límites de lo lógico-ético que las
desfachateces casarrosadinas de los últimos días, entendiéndose por estas a casi todas las actividades que rellenaron las líneas de la agenda oficial desde el Martes 25 hasta hoy - y quizá mañana y tal vez, también, después -. Los monólogos a la bolivariana en la Asamblea General de las Naciones Unidas y en las cámaras de las Universidades, las preguntas no contestadas y las pedanterías frente a los alumnitos, la designación de un diputado kirchnerista como Presidente neutral y objetivo del Directorio del 7D/Afsca, y la pretensión en curso de manosear el sexo de la justicia misma sin la más mínima manifestación de vergüenza son sólo ejemplos suficientes como para ni siquiera necesitar sumar al batallón de exabruptos los brillantes análisis de J. P. Feinmann acerca de las señoras y señores argentinos que tanto comprende.

     Cuesta elaborar, luego de tanto, una síntesis de la batería de fenómenos ocurridos hasta la fecha. Las preguntas de Georgetown y Harvard - como para comenzar por algún punto -  fueron antes que nada el producto de la necesidad de hablar - no en el sentido técnico de simplemente "proferir", sino en el popular de "dialogar"-, cosa que se evidenció en la repercusión masiva que ambos sucesos tuvieron, aún, en esa inmensa mayoría acostumbrada a rechazar incluso los spots de propaganda oficial. Lo del diálogo no es tema menor: la Ella no parece distinguir ni la gruesa diferencia entre los distintos conceptos ("proferir" y "dialogar") ni el lado del cual se encuentra ubicada; se llena, sí, la boca con frasecillas vacuas como "no me gusta la palabra 'tolerancia'; yo prefiero 'aceptación'", pero no demuestra ni al menos en sus siguientes oraciones un sesgo de coherencia con ellas y bromea, en cambio, con tono gutural diciendo "A ver: primero te voy a contestar, porque no se lo conteste a tu anterior compañerito..." - extraña muestra de conciliación y coincidente preámbulo de su luego famosa alusión a La Matanza. Si también articuló mentiras como "Hablar hablo todos los días; con la prensa hablo muchísimo..." o no, ya carece de gracia.

     El Triple Discurso se mide a través de la disociación entre lo que uno dice, lo que uno piensa y lo que uno hace. He ahí las tres partes de una terna que así dividida implica más locura en quien la acepta que en quien la presenta, principalmente porque quien la acepta es a la vez culpable de permitir el error. Hablar de aceptación y tolerancia, despreciar la riqueza de los compañeritos de Harvard y alojarse en uno de los hoteles más lujosos de New York City es múltiplemente contradictorio. Allí, en las mismas tierras de la Film Academy donde Florencia Kirchner se formó "cineasta", Cristina defendió el aumento sideral de su patrimonio respondiendo, o simulando hacerlo, a la joven norteamericana que la interpeló “No sé de dónde sacaste esa información”; y allí, donde Florencia tan popularmente estudió, Ella habló  también de La Matanza y criticó el precio de la cuota de Harvard. El cinismo puro de un cheto hablando de pobres o de un chavista antiimperialista usando perfumes Channel. 

     Se las arregló para no confesar que no quería ser reelecta; en cambio sugirió la posibilidad de un dato interesante: Argentina faltan abogados -como para seguir por otro punto - exitosos, claro. Para tener una idea; la Universidad de La Matanza aumentó sus recursos desde el 2003 al día de hoy en un 820%; monto no menor pero sí poco competitivo si se tiene en cuenta el salto que logró darle a la Presidente mucho más de $80.000.000 (ochenta millones de pesos). El primer hecho lo aplaudieron todos, el segundo es tabú. Su justificación en Harvard fue la siguiente: "fui una exitosa abogada", de ahí su fortuna, de ahí lo interesante. Ojalá hubiera una manera más adecuada para explicar semejante registro contable que el uso de ese cuento de que aquí también la Nación crece. Lo de los recursos, retomando, lo dijo Ella a modo de introducción a un tuit que alguna vez le enviaron rezando "No recibo ningún 'plan'; sólo el beneficio de poder estudiar en esa casa de altos estudios gracias al aporte de mas de 40 millones de personas que habitan nuestro país, que con el pago de sus impuestos me permiten desarrollarme sin pagar un arancel". Fue el pie a posteriores burlas y críticas, y a la invitación oficial a pensar que todo quien se opone a su gobierno lo hace por no estar de acuerdo con los planes sociales. Tal vez pensar que ser beneficiario de una educación a la que ni las nueve décimas partes de la población pueden acceder es poco ético cuando no se hace nada, primero, por la otra más numerosa cantidad de chicos que abandonan la primaria sea  también cosa de gorilas. En ese caso es bueno saber que hay gorilas que no se molestan por la existencia de "planes" sino por la ausencia de futuro; y siendo así sería mejor ser simio.

     El Indec no lo creería, pero en el país de la buena gente hay hambre, indigencia, muertes, violencia, esclavitud, mala educación, trata de mujeres, tráfico de drogas, trabajo infantil y una brecha en expansión constante entre ricos y pobres. Así, catastrófico y cuasiapocalíptico, suena abrumador. Pero es importante repetirlo a fin de que se escuche y que se sepa que hay quienes piden justicia - hay una gorileada pidiendo justicia - y la piden en pos de salvar a esos desposeídos, a esos que nacieron para morir perdidos. Y no es el odio lo que los mueve, vale resaltar, tanto como la furia de la impotencia. Por supuesto que hay enojo: hay impotencia; la impotencia tras tener que soportar a los lobbies de magnates hablando de igualdad y de ver a la política ser cada noche más puta a costa de la sangre de la patria. Sangre que se desangra con cada herida que deja la ignorancia, el olvido, y las promesas falsas.

     Difícilmente escuche esto Ella. La misma Ella que niega haber recomendado tenerle algo de miedo e inculpa a Clarín (qué extraño) de haber tergiversado sus palabras. No hay que aterrorizarse; solamente hay que tenerle temor a Dios. Y a Ella en todo caso también un poquito. O por lo menos los funcionarios que de su nombramiento dependen deberían a Ella temerle un poquito.

     Nada más que acotar.

5 comentarios:

Rigel Kentaurus dijo...

Clarísimo e interesantísimo. Gracias por linkearlo en El Anti K.

Unknown dijo...

Gracias a vos. Te invito, si es de tu agrado, a ayudarme con la difusión de esta página.

Unknown dijo...

ta bien buenos los articulos, saludos desde salta

Unknown dijo...

dale, estoy editando un periódico a nivel local, chiquito, bien artesanal y con más voluntad que recursos económicos, pero con lectores hace un rato. Siempre difundo sitios web que están buenos para mirar y leerlos. Seguramente en la próxima edición cito el tuyo. saludos.

Unknown dijo...

Muchas gracias. Después pasá más datos sobre el periódico, para tenerlo en cuenta.