Páginas

Abrir la boca es gratis

     Es increíble lo que puede lograr la pauta oficial. Por ejemplo: con la repetición del discurso se pudo cambiar la inflación por un reacomodamiento, después todo eso se dejo atrás y se instaló la idea nueva del congelamiento, la cual fue aprovechada para darle promoción al gran logro de la década, la juventud militante, poniendo a un grupo de pendejos sin nada mejor que hacer que "mirar para cuidar" un aumento de precios que el Indec, por otro lado, dice que no existe.

     Lo mismo con la Ley de Fertilización Asistida. Se cajonea por tres años un proyecto y de repente se resuelve que en 2013 la ley sí es progresista y entonces la levantan como una bandera propia que nunca fue. Podría decirse que el tiempo era necesario, que hacía falta estudiar y evaluar las implicancias y el alcance de la ley, pero lo cierto es que sobre eso no se hizo nada, y ocurre al día de hoy que "el proyecto es ley" sin que se sepa cómo van a hacer las Obras Sociales y Pre-pagas para cubrir los costos. Es cierto que no todo se trata de dinero y que cosas tan importantes como el derecho a vivir y dar vida deban priorizarse ante todo lo demás. Pero se supone que a los representantes en el Congreso se les paga para atender hasta las cosas menos importantes, y no solamente para sentarse y sumar votos aprobando leyes progre, que de progre no pueden tener nada en tanto no sean aplicables.

     Al margen los comentarios facho que dicen que la ley desalienta la adopción. Al Pro lo único que le falta proponer es un proyecto en la legislatura para declarar a todos los pibes del orfanato como hijos de segunda opción. Eso y unos carteles grandes en todas las casas cuna con el mensaje "No se preocupen chicos: ya va haber un par de padres con la mala leche de ser infértiles, y a la vez pobres, que los va a venir a adoptar.".  Pero todo eso esta al margen.

     Lo importante acá es destacar lo siguiente: el kichnerismo es experto en hacerse el idiota. También es experto en tergiversar la verdad la verdad, pero sobre todo es experto en hacerse el idiota. Que la Ley de Fertilización haya salido tres años después de su presentación es más una vergüenza que un logro. Que encima haya sido aprobada a la ligera es una muestra de lo poco que les importa. Esto no es cuestión de encontrar siempre la contra sino de no pecar de pelotudos. De todas formas en la TV Pública de esto no se dice nada. Ahí está lo increíble.

     Ya sea para atribuirse logros que no son, o para alterar la verdad al mejor estilo Orwell, este gobierno es prácticamente un experto. George Orwell en su novela 1984 planteaba la existencia de un gobierno que a través de sus distintos ministerios controlaba con un férreo totalitarismo a su pueblo. Paradójicamente dichos ministerios llevaban nombres como "de Paz", "de Amor", "de Verdad" y "de Abundancia". Si las palabras "que haya más amor" se nos vienen a la cabeza, cayendo a salivazos desde la boca de Cristina Fernández, no es casualidad. Tampoco sería una mera casualidad recordar a aquel viejo alemán diciéndole a los jóvenes "ustedes deben ser ambas cosas: amantes de la paz y fuertes". Todos sabrán de qué alemán estamos hablando.

     Abrir la boca es gratis y está bien que así lo sea. Pero quizá se podría empezar a cobrar una tarifa extra a los que, sacando provecho, siempre dejan la boca a no más que medio abrir.




La Patria es el Orto

por Ignacio de Villafañe

     El pasado 25 de Mayo se cumplieron 203 años desde que se produjo aquella famosa revolución en la plaza frente al Cabildo con las empanadas calientes, los paraguas que nunca existieron y esos French y Beruti repartiendo cintas argentinas, coloradas o amarillas según quién sea el historiador que lo cuente. Se gastaron más de $2.700.000 para financiar un acto donde Fito Páez dio a entender que Patria Grande es Venezuela - no una pluralidad de voces de la enorme América, sino la exclusiva representatividad de Venezuela -, y Cristina Fernández interpretó un monólogo de 4.052 palabras, de las cuales 560 se refirieron al motivo del acto, y sólo 3.485 hablaron de la Década Ganada.

     "La patria es el otro" decía la Presidente, entre un párrafo que elogiaba las características humanitarias de su ganada década, y otro que realzaba la rectitud ética de su militante aversión al odio. "La patria es el otro, la patria es el otro. Es el que todavía no ha podido conseguir trabajo o que consiguiéndolo no está registrado. Es el que todavía (...) trabaja para conseguir su casa propia. El otro es es ese joven que tal vez no puede estudiar todavía porque tiene que trabajar". O sea: La patria es el orto. Es el laburo en negro, el encarecimiento de la vivienda, el déficit educativo. La patria es el orto y ya llevamos diez años de hacer demasiada patria.

     Coreográficamente y sin perder nada de tiempo Carta Abierta - el espacio comandado por González, Verbitsky, Feinmann, Laclau y Forster entre otros - publicó su Carta Abierta N° 13: "Los Justos". Con intelectualidad cuestionable, las grandes mentes kirchneristas elaboraron un texto dedicado al nuevo superstar golpista, Jorge Lanata. "Comenzamos esta carta –que a la vez es un llamado– con la fácil comprobación de cómo (...) con menos pruebas que arietes dirigidos a mansalva, ausentes los fundamentos del uso de la prueba, la investigación, el juicio sobre las leyes y el mismo andamiaje legal del país, se considera todo ello - [los cambios que implican que por primera vez en la historia nacional se discutan aspectos de la organización del Estado y la sociedad, de la Justicia y los medios de comunicación, con sentido emancipador y no restrictivo o portador de coerciones; y el darle a la idea de justicia una dimensión que logre articular lo que siempre fue prolijamente separado por los poderes económicos: la libertad y la igualdad] - fruto de un espíritu despótico, de jefes políticos que se prepararon toda una vida para llegar a la función pública mandando agrandar los cofres familiares mientras pronunciaban palabras como impuesto a la renta agraria o asignación universal por hijo."

     Es decir: para este grupo de "intelectuales" - entre comillas, porque quien subordina la verdad a los caprichos de un partido no debería considerarse como tal - no sólo es poco inteligente criticar la corrupción que parasita entre los pasillos del universo político, sino que ya es estúpido de por sí creer que pueden existir políticos corruptos. Como si pensar en la posibilidad de que un hombre mienta, conspire y transmita a los demás una falsa imagen de sí mismo sólo para ganar poder y dinero fuera infantil y fantástico. Quizá por eso desde el oficialismo aseguran que se equivocan los que dicen que la ley de Blanqueo de Capitales es una "ley del Choreo". Ni en Argentina ni en el resto del planeta existen semejantes corruptos. O al menos eso sugiere la eminente Carta Abierta.

     Después de todo el circo vino el prime time vedettista. Empezó primero (y según lo prometido) el plan Ropa Para Todos, un proyecto de Moreno para vender, ahora entrando el invierno, conjuntos a precio estándar de temporada de verano. A eso se le sumó el intento sorpresa de trasladar la estatua de Colón desde el parque frente a Casa Rosada hasta algún rincón costero en Mar del Plata. Parece que a la fashion victim de la moda occidental - entiéndase: CFK - ahora se le dio otra vez por caerle bien a la gilada jugando a renegar de su origen europeo. En fin: ahora quieren trasladar monumentos a la playa mientras a los qom los siguen moliendo a palos en Formosa, pretenden tapar con relato la realidad que los molesta. Pero "la patria es el otro".

     A la seguidilla de inconsistencias se le agregaron además tres nuevas apariciones cristinistas. Una para hablar otra vez acerca de su década ganada, en esta oportunidad en materia de cultura. Otra para lanzar el plan "Mirar para cuidar", un programa en el que la Nación financia a la militancia peronista para que vaya a los supermercados a instalar en el discurso público que los precios "están siendo cuidados". Y la tercera para desligarse de responsabilidades, acusando a los gobiernos provinciales de no invertir suficiente en seguridad pero reconociendo que para construir un parque en un municipio - o pavimentar una calle o colocar luminarias - la plata tiene que ser bajada directamente desde Nación.

     De los tres discursos el más interesante resultó ser el último, que fue pronunciado el pasado jueves en Lomas de Zamora. Fue interesante por dos motivos: expuso a la luz la concepción unitaria de administración que tiene este gobierno - las obras públicas en los distritos municipales las debe construir el poder centralizado de la Nación - y el modo represor con que considera que se debe hacer seguridad. Cristina le dijo a Scioli - a quién ni siquiera saludó por su nombre estando allí presente - sin mirarlo, que "se haga cargo" porque no le parecía justo (a la Presidente) "que las decisiones o los controles que se hacen a nivel provincial, si no se hacen bien, luego lo tengan que pagar los intendentes". Implícitamente estaba afirmando que las obras públicas, la inversión en infraestructura y la instalación del espacio público como ámbito comunitario y socializador no hacen a la seguridad - pues esos son asuntos de la Nación, según cuenta Cristina, y la Nación sobre temas de seguridad no debe hacerse responsable, según cuenta Cristina, y de todo ello se desprende que a la seguridad sólo la hacen los palos de los policías, que sí son competencia del Gobernador de la Provincia tenga o no, valga la aclaración, el flujo de efectivo que desde Casa Rosada debe administrársele.

     En fin: la patria es el orto. Es el gordo de Lanata, que ahora se tornó objeto de estudio de las más altas esferas intelectuales del país. Es el puto de Scioli, que encima de tener a la Nación en contra no hace nada de lo que le corresponde. Es el genocida de Colón, que al parecer es menos genocida en Mar del Plata que en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

     "La patria es la culpa del otro". Difícilmente nos quede mucho por delante cuando los que dirigen tienen en la cabeza ese modelo de patria.