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Fe Ciega

por Ignacio de Villafañe


     Llegan tiempos difíciles y todos los mejores meteorólogos, astrólogos y consultores independientes coinciden en lo mismo: va a hacer falta tener fe. Cristina por las dudas ya viajó hasta Roma para redimirse frente al nuevo heredero de San Pedro porque «todo vale en pos del pueblo», hasta cambiar de moral y ponerse a chupar medias debajo de las sotanas.  De este lado del charco, mientras tanto, el flamante buró de economistas integrado por Marcó Del Pont, Kicillof, Moreno y Echegaray estuvo haciéndose cargo de los problemas terrenales: dólares más, dólares menos, otra vez la historia de los créditos de corto plazo y unas cucharaditas de ley antiterrorista -para agregar a gusto -. Para las sobras no hubo otra cosa más que una nueva sobredosis de Argentina Igualitaria: algo de homofobia en San Isidro y un poco de represión docente por el Chaco, casi como de costumbre; como música de fondo se ensamblaron las marchas del 24 de Marzo - Día de la Memoria, Verdad y Justicia - a las que, según algunos cuentan, asistieron Mariano Ferreyra, Carlos Fuentealba y Julio López tomados de la mano y compartiendo un chori; dicen también que cuando les preguntaron qué andaban haciendo Julio tomó la palabra, contestó que pasaban para ver qué onda y siguieron caminando. Cosas de la vida.
     El pasado 18 de Marzo CFK se acercó al Vaticano en medio de un huracán de especulaciones sobre cuál iba a ser su nueva máscara ante la presencia de Bergoglio. La imagen de la Jefa saludando al Sumo Pontífice fue toda una puesta de contradicciones en escena. Fue el encuentro  entre la dama de negro vestida de pies a cabeza con opulento estilo europeo - americanismo cero - y el obispo de humilde túnica calificable entre por debajo de lo papal y apenas por encima de lo mendigante franciscano; fue la opulencia de un aristocrático mate de plata y la sencillez de un «yo lo tomo amargo, pero...». Cristina no sabe reaccionar ante verdades simples; de pobreza quizás pueda hablar mucho pero de austeridad no entiende nada. Ante todo esto surge una duda difícil de aclarar: ¿por qué una presidente - como es Ella - tan pendiente los medios de comunicación, los relatos y la construcción colectiva de sentido a través de los símbolos eligió presentarse con todo ese primer mundismo de Puerto Madero ante la nueva máxima figura popular de la humildad?; es decir: ¿qué mensaje pretendió transmitir CFK? Existe, claro, la posibilidad de que haya sido no mucho más que un mero acto fallido, una inevitable verdad sacudida al Sol: la Presidente, de humilde, no tiene ni los tacones.

     Persignaciones mediante, acá Echegaray se las arregló para entretenerse con cosas más importantes. El titular de AFIP aprovechó el fin de las vacaciones - la baja en la temporada de los affaires políticos en Miami - para aplicar su nuevo impuesto libre de Congreso: un recargo de 20% a las compras con tarjeta en territorio extranjero. La perla mediática salió a flote cuando un grupo de periodistas lo increpó en la calle para que los asesorase en un asunto técnico-existencial: ¿Ese mismo 20% también se aplica a, por ejemplo, los paquetes turísticos con destino a Malvinas? Echegaray diciendo que sí, Echegaray diciendo que no, Echegaray diciendo que las Malvinas son argentinas para las Cadenas Nacionales, pero para la AFIP, que se encarga de materias tangibles, no.

     No a mucha distancia de la Gestapo fiscal – ahora, además, también cipaya - el espíritu del reacomodamiento de precios se acercó a la oreja del Doctor en Carnicería Económica, Guillermo Moreno, para contarle un secreto sobre algo que hace rato venía temiendo: se viene el desmadre. Recetas cortoplacistas a la carta, una pizca de nacionalismo, dos de socialismo y como resultado queda uno de sus mejores proyectos: la «Supercard», un híbrido de nomenclatura yanqui y tradicional folk capitalista argento. - Fe, a estas alturas, ojalá nos sobre. - El kirchnerismo está plagado de esos no-se-qué que le permiten conciliar sus discursillos de izquierda hechos para la gilada con el capitalismo financiero y el consumismo alienante por los que tantos suspiros ciertamente pierden. Moreno ahora lanzó su propia tarjeta - o «card» para los nac&pop - y la tramoya no es difícil de explicar: el doctor propone colocar un plástico con un costo de financiamiento dos puntos por debajo del que tienen las tarjetas ordinarias, lo que implicaría un gran ahorro para los supermercados - y demás negocios del rubro - y quizá uno que otro ingreso extra para el cofre del Estado. El plan persigue estirar el congelamiento de precios cuanto aguante y evitar la explosión antes de las elecciones legislativas de un posible remake del último rodrigazo peronista - dicho a secas: un ajuste - consecuencia de una pésima política cambiaria siempre a favor de los ricos y en perjuicio de los pobres. Kirchnerismo al palo.

     De la Ley Antiterrorista no hay mucho para decir. Parece ser que la Sociedad Rural Argentina y la Gestapo Fiscal salieron a tirarse de los pelos y cuando la última pretendió cobrarle a la primera los impuestos que debía, la primera se puso a especular en público sobre las intenciones del Gobierno de aplicar la ley más progresista de la era K para apretar a los exportadores sojeros. - Pelea de gatos de la alta sociedad. - Lo que es interesante es analizar la cadena que se arma: porque existe una ley antiterrorista la SRA puede quejarse de la AFIP, que por estar buscando efectivo de modo desesperado para emparchar los desastres políticos del BCRA en manos de Marcó Del Pont no solo salió de golpe a efectuar un raid de cobranzas sino que también llegó admitir de facto sus dudas acerca la soberanía argentina sobre Malvinas que, dicho sea de paso - ya entrado el tema de la soberanía - trae a colación la primicia de Base Orcadas y el desabastecimiento que sufren los investigadores argentinos en la Antártida, abriendo las preguntas sobre cuánto nos encargamos de los territorios que declaramos nuestros hasta qué punto somos patriotas más allá de las palabras, todo en medio de tantas horas de Cadena Nacional y spots en FPT gastadas para manifestar las intenciones de Ella de traer de regreso aquellos cerebros fugados durante los años noventa y revalorar la capacidad técnica y científica - antes subestimada - de la República.

     La frutilla del postre llegó con el Día de la Memoria: marchas por todo el país cubiertas por banderas políticas de todos los colores para conmemorar a las víctimas de los tiempos nefastos que nos propiciaron Videla y el resto de su Liga Extraordinaria, militantes de la vida secuestrados, torturados, ultrajados, violados y asesinados hace treinta y siete años, espíritus nobles que lucharon para que finalmente hoy, en la primavera de la dékada ganada, los nuevos militantes siguieran desapareciendo y se moliera a palos a los docentes que reclaman no otra cosa que un salario digno. En San Isidro un grupito de maricones imbéciles molió a trompadas a un homosexual diciéndole «si el Papa es argentino vos no podés ser gay», y en el Chaco - como para dar el ejemplo de lo que significa «tolerancia» -, reprimieron a los trabajadores de la educación diciéndoles (a porrazos) «si los legisladores cobran bien y los oficiales del Gobierno cobran bien, ustedes no pueden cobrar bien». Los dos hechos entre sí son muy diferentes pero en algo se conectan: ambos prueban que hoy, en Argentina, la Memoria sólo se usa para bajar cuadros.

     Oremos.

Habemus Peronus


por Ignacio de Villafañe


     Vivir en tiempos de marzo, donde el verano se mezcla con el otoño y las lluvias con el calor, es agitado. Chávez Frías es inoculado, muerto y embalsamado, CFK muestra su faceta de exitosa especialista en materia de diabetes, los supermercados congelan los precios de productos que no venden, Paco Pérez se recibe de más alcahuete que nunca, las clases ni siquiera empiezan -los sueldos ni siquiera suben-,  la UNCuyo se reforma con aires de menemazo y por si con eso no bastase le ganamos a Brasil con gol de Jorge Bergoglio. Lo que falta es el aliento para sobrevivir a tanto.

     Empezando por lo local, el mendocino Francisco Paco Pérez hace poco estuvo dando vueltas por Casa Rosada para arreglar sus quilombos con la minera brasilera Vale. Es loco porque no importa si el problema es local o no: todo lo interesante siempre pasa en Buenos Aires. Paco fue a hablar con la Jefa para resolver qué hacer con los 4.000 trabajadores que andan vacacionando a medio sueldo desde que la actividad de la empresa paró y ahora están a punto de quedarse en la calle. En realidad ni Paco ni Vale son santos: uno es un inepto y la otra contaba con robar más de lo que podría ahora que le intentan cambiar las reglas. De todos modos lo mejor fue el postre - o el agregado de dulce de leche, por no ser algo ocurrido precisamente al final -. Escuchar al Gobernador diciendo que «Si es decisión de ella, ahí vamos a estar, como soldados de Cristina para que vuelva a ser elegida como Presidente» fue como un trago dulce para todos los amantes de la alcahuetería. Nada más federal, nada más autónomo que aquella imagen de cuarta brindada por el impulsor de la reforma de nuestra Constitución Provincial en el Salón de las Mujeres del Bicentenario.

     Siguiendo por la región - y aprovechando la mención de la reforma - está el tema de la Universidad Nacional de Cuyo y la renovación retrograda de su estatuto impulsada el Rector kirchnerista Arturo Somoza. La propuesta de Somoza incluye un proyecto de supuesta democratización universitaria: la elección directa. Decir que tal cosa es «democratizar», en el sentido de  «dar mayor carácter democrático a un sistema», es una completa mentira. En primer lugar la representatividad de los sectores mayoritarios seguirá siendo, en términos absolutos, igual de minoritaria: actualmente hay vigente un sistema de elección indirecta en el cual cuerpos colegiados - el Consejo Superior y los consejos directivos - eligen al rector y los decanos por medio de sus representantes. Somoza pretende quitarle a los consejos la competencia de elegir a las autoridades de las distintas unidades académicas y el rectorado y transferirla, mediante la elección directa, a cada uno de los estudiantes; el problema surge en el detalle: los estudiantes podrán votar para elegir directamente a sus autoridades, pero sus votos representarán sólo un 23,78% sobre el total - es decir: de cada cien votos reales del claustro estudiantil para cada candidato, sólo se computarán veintitrés -. Este mismo sistema de representatividad relativa se extiende con distintos porcentajes sobre los demás votantes de la UNCuyo¹ ; su objetivo es mantener las mismas relaciones de fuerza hoy vigentes en los consejos - sacando algunos puntos de ventaja² - pero con una particularidad que no menciona: el conglomerado estudiantil, por su número y distribución, encuentra mayores dificultades para aunarse como gremio que cualquiera de los otros claustros (el docente, el no-docente) y, siendo así, su voto siempre será naturalmente mucho más disperso, lo que lo pone en desventaja con respecto a cualquier otro elector. La dispersión del grupo y la representatividad forzada a ser menos de un cuarto del total hacen del voto estudiantil un voto inútil, y en ello subyace el carácter antidemocrático de la reforma ¡Viva la Ley de Educación! ¡Vivan Menem y Perón! ¡Viva el pueblo!

     Comentario al margen. «La diabetes es una enfermedad de gente con alto poder adquisitivo» es algo que no vale la pena analizar. Nada más que decir, nada más que acotar...  La Presidente tuvo frases desafortunadas, sí. Ella dijo alguna vez que los docentes no podían quejarse porque «trabajan cuatro horas por día y tienen tres meses de vacaciones [sic]», sí.  El asunto de la diabetes, luego, no merece ni siquiera diez lineas de atención. 

     Viene después, en la lista de Grandes Momentos de la Política latinoamericana, la novela de Chávez y su enceramiento: al presidente bolivariano decidieron muñequizarlo adentro de una vitrina, algo así como un gesto de humildad espléndida para venerar el recuerdo de un bolivariano amante de los hombres sencillos. El gobierno de Nicolás Maduro, como para no olvidarse de su impronta revolucionaria, eligió adoptar una postura sensible frente al tema: capturó a una tal Lourdes Ortega P. por opinar incorrectamente acerca de cuestiones de interés nacional. Concretamente el título de Tribuna de Periodistas fue «Venezuela: detienen a una tuitera por mensajes "desestabilizadores"», y luego estuvo toda la noticia sobre el micro-blog que incomodó a Maduro y lo hizo actuar ¿El resultado? Un  mujer con doce seguidores en twitter terminó privada de su libertad por tomarse joda el circo de Chávez.

      Por ultimo quedó la fumata bianca, la gran novedad que para el arco kirchnerista es un dolor de cabeza bárbaro porque ahora nadie sabe qué carajo hacer hasta que la Jefa tome posición. Bergoglio se convirtió en santo popular, casi al borde del Padre Mujica, el Gauchito Gil y Messi, y Fernández ahora tiene que decidir si ponerse en contra del Papa, y por ende del pueblo, o meterse todos los Te Deum a los que faltó por abajo de la falda. Un dilema entre sus principios populares y su dogma de declaración de muerte a todo enemigo que se le cruce por en frente. Francisco I, o Francisco a secas para otros, es ahora el nuevo orgullo hasta de los argentos más ateos. Todo por la conciencia nacional. Cristina ahora discierne si ponerse del lado de (Agustina) Kampfer o (Adolfo) Pérez Esquivel; al último ella nunca le dio bola: siempre prefirió hablar sobre Derechos Humanos con Hebe de Bonafini antes que con el Nobel de la Paz, pero ahora no sabe qué hacer. Mientras tanto 6 7 8, Delia y todos los payasos ciber-k difunden historias sobre la probable vinculación de Bergoglio con la dictadura. Delia subió a twitter fotos falsas, 6 7 8 puso en la pantalla a la eminencia de Cynthia García, y los ciber-k se la pasaron colgando propaganda en facebook hasta que Cristina alzó la mano en Tecnópolis para recordar que este es un gobierno de «amor»Salpicón criollo. Argentina es así. 
     

¹ Pasando en limpio, la propuesta de Somoza ofrece la siguiente distribución para los claustros: rector y decanos más docentes (titulares, adjuntos y auxiliares): 56,22%; estudiantes: 23,78%; egresados: 13,51% y personal de apoyo académico: 6,47%. .
² Hoy el Consejo Superior está compuesto por cuarenta y dos consejeros, de los cuales once (uno por cada facultad) son estudiantes. Haciendo la cuenta: 11÷42=26,19% (porcentaje no casualmente mayor al elegido luego por Somoza) podemos comprender el origen de las relaciones escogidas.

¿Día de la Mujer?


por Ignacio de Villafañe


     A mi que no me vengan con eso de las mujeres en marzo, con todos deseando «feliz día» y todas respondiendo «gracias» vaya uno a saber porqué. Ya bastante tengo con eso del cumpleaños - a los que igual banco porque son sinónimo de asado -, esa fecha inventada para que todos al menos pudiéramos festejar algo; viene un amigo y te cuenta «soy un inútil, me va mal en el laburo y me metió los cuernos mi tercera esposa», «sí, pero naciste: feliz cumpleaños» ¡Pedazo de fiesta! ¡Que explosión de alegría! Y si no alcanza con eso y todavía sos mina te tenemos otro día. Yo que se; decir «gracias» por ser mujer, o sentirse orgullosa por eso - como si alguien pudiera sentirse orgulloso de no haber nacido con pito (o haber nacido con uno: da igual) - es raro. En lo que a mí respecta siento que es genial ser hombre pero de ahí  a enorgullecerme... Digo: ¿por eso enorgullecerme?, ¿es que tengo que andar diciendo «¿Viste que groso que soy? Podría haber nacido mina pero conseguí ser hombre; flor de capo yo, ¿no?» a cada uno que encuentre? Que nadie se exaspere: esto no es una reacción macho-brutal-misógina; simplemente me molesta la banalización de la causa.

     En el día 8 de Marzo en realidad nunca pasó mucho.  La primera vez que se decretó un Día de la Mujer fue en Estados Unidos de América, un 28 de Febrero de 1909. En 1910, en Copenhague,  un centenar de mujeres socialistas decidieron que había que el Día internacional de la Mujer trabajadora, sin acordar bien cuándo. Consecuencia de eso, al año siguiente, Alemania, Austria, Suiza y Dinamarca celebraron la fecha con 10 días de adelanto respecto a la fijada por los yanquis y 10 de retraso respecto a la que hoy conocemos, el 18 de Marzo. Apenas 6 días después, el 25 de Marzo de 1911, una fábrica de camisas se incendió en Nueva York; murieron 146 personas: 129 eran mujeres y 17 hombres. El hecho parece poco relacionado con el tema, pero hoy muchos creen que esos más de 100 inmigrantes judíos e italianos, y particularmente esas casi 130 mujeres de entre 14 y 43 años, fueron y siguen siendo el motivo de los festejos/conmemoraciones de hoy día - cosa sin sentido -. En 1913 Rusia festejó en el último domingo del febrero de su calendario el Día internacional de la Mujer, que resultó ser el día 8 de Marzo del nuestro, y en los años siguientes otros países comunistas se fueron sumando.

     Recién en 1977 Naciones Unidas invitó a todos los países miembros a declarar el 8 de Marzo como el Día Internacional etc. Realmente el suceso es de suma relevancia ya que fue tenido en cuenta por Naciones Unidas. Naciones Unidas es así: inventa el Día de la Paz y hay paz en el mundo, proclama el Día mundial contra el Cáncer, contra el Trabajo infantil y el cáncer se acaba y todos dejamos de comprar productos de Asia. Después quizá las Malvinas continúan en manos de los ingleses, Estados Unidos se siga saliendo con las suyas, y los negros no paran de desnutrirse en África, pero Naciones Unidas hace. Por eso, y por lo importante que es ONU celebramos el Día internacional de la Mujer, un día fantástico donde todas obtienen lo que se merecen: dos flores de mierda y un «sos maravillosa» del orto. Ellas dicen «gracias, somos sensuales y fuertes, valientes y vulnerables» porque, claro, de eso debe ser que se trata ser mujer; de seguro de chicas ellas son agarradas de los pelos por sus madres que les gritan «¿¡pero que hacés, puta de mierda!?, tenés que ser más vulnerable», y después el soplamoco educador. Así deben de criarse (Naciones Unidas:gracias) los millones de mujeres que después andan creyendo que la igualdad de derechos pasa por repetir eso de que «toda mujer es bella», cosa que tampoco comparto. No importa si sos el sostén económico de toda la cadena de McDonald's, si tenés dos kilos de nazo o transpirás como un sauna por la raya del culo porque si sos mujer: sos bella, ¡eso es tener derechos! Porque al menos una vez al año se debe tener derechos; los poéticos obreros pueden ser violadores verbales 364 días al año, pero el 8 de Marzo gritan «¡cómo te parto, bella esistencia, feliz día!».

     Obviamente tampoco es cuestión de ser escéptico. El 8 de Marzo es un día para conmemorar los logros conseguidos por todas esas mujeres que lucharon para transformar la historia. Se recuerda lo que aún falta lograr: la verdadera igualdad en el trabajo y en las casas, la supresión de la trata, el fin de la explotación sexual. Pero también por eso es raro el 8 de Marzo: está inventando para descosificar a la mujer y para que se la recosifique con cada «feliz día» y cada «gracias» que se da ¿Feliz día por qué? ¿Por haber nacido y engrandecer cada uno de nuestros días? ¿Eso es algo así como «por seguir siendo mujeres y no haberse convertido en hombres y por servirnos, día a día,engrandeciéndonos»? ¿Qué tipo de reconocimiento es ese?

     Así que no me vengan con eso de ir a todos lados dando besos y caminar felicitando. La que quiera dar las gracias que lo vaya a ver a Arjona; él tiene toda una canción dedicada a explicar lo que es capaz de hacer un hombre para poder garchar. Eso es todo. Y feliz día internacional del estereotipo cultural de género más denostado, marginado y subestimado no sólo por los hombres sino también por todas esas mujeres que insisten con esa historia de rendir homenaje al sexo.

Una Opinión obligada

por Ignacio de Villafañe

     Sería una estupidez no hablar de Chávez esta semana. O más bien escribir: sería una estupidez no escribir sobre Chávez esta semana, porque hablar puede hablarse o no, eso al fin y al cabo es algo que mucho no importa. Escribir es necesario porque, así como esta, hay también otros centenares de notas, seguramente mucho mejor redactadas, dando vueltas alrededor del tema. Ahí están todos con sus estados de facebook y sus tuits llenos de hashtags diciendo que «Adiós a un gran líder. Adiós Hugo Chávez.»  y «Las ideas no se matan #VivaChávezporSiempre». Los diarios, los blogs - este blog -, las radios, los canales de televisión, todos hablan de Chávez y todos ellos con la misma frialdad: hablan de un Chávez que para ellos nunca existió, quizá porque consideren que ahora estando muerto no haga falta despotricar contra sus restos; al antes tirano y sanchopancista simplón hoy se le envían los más sentidos pésames, al antes Señor Exprópiese hoy se lo llama Don Carismático, al hablador del ¿¡por qué no te callas!? hoy lo califican de ávido orador. Aquí y allá los discursos cambian, como si el común de la gente supiera enfrentar cualquier tipo de debate a excepción de aquellos en los que se entremezcla la muerte. «¿Cómo opinar acerca de un difunto?», y entonces todos callan.
     
     La Presidente declara tres días de duelo y luego todos callan. Apenas hay algunas comparaciones bobas - «Cuando fue lo de Once decretó dos días nada más» - pero en general todos callan.  En Venezuela los poderes se confunden, el «Socialismo del s. XXI» se propone, en la práctica, como antítesis del concepto de Estado de Derecho y la Justicia se confunde con el Poder Ejecutivo, y el Poder Ejecutivo ejecuta sobre el Legislativo y sobre todos flota una nube rancia de obediencia militar; todo eso fue obra de Chávez, pero ahora Chávez murió y entonces todos callan. En Venezuela además hay montones de asesinatos cada día, muchos de ellos escalofriantemente brutales; Venezuela es el país de La déCada ganada (con «C» de Chávez), la República Bolivariana de la igualdad recuperada, la Nación feliz - se entiende - de la educación lograda; Venezuela es la pragmatización del latinoamericanismo calletreciano y Calle 13 es la misma banda que escribió «Hay poca educación (...),  cuando se lee poco, se dispara mucho». Venezuela es la alfabetización del 25% y el titular de los 52 asesinatos diarios; y eso fue en el gobierno de Chávez, pero ahora Chávez murió y entonces todos callan.

     Dentro de todo es algo lógico, porque nadie saldría a decir «menos mal que murió Chávez», en parte porque sería una canallada y en parte porque hay además una posible verdad que todos sospechan: que Chávez nunca importó tanto. A fin de cuentas por algo es un tema que no se habla y solamente se escribe: ¿quién sabe tanto de Chávez en efecto? La gente común puede escribir y leer lo que sea, puede perder horas frente al noticiero escuchando la misma primicia una y otra vez, pero cuando habla lo hace sobre lo que le interesa, ¿y a quién le interesa tanto Chávez? «Pero es innegable que fue un líder muy querido y marcó un rumbo ideológico de unidad latinoamericana como ningún otro», cosa que puede ser cierta, pero que no hace a Chávez ser Venezuela y mucho menos viceversa. Y probablemente por eso todos callan - es decir: volviendo a hablar de los medios y su frialdad para tratar el tema; volviendo a hablar de lo que callan -, porque no tengan la menor idea de si vale o no la pena gastar tinta en denostar al sucesor del muerto, o porque no sepan todavía como girar el discurso que culpaba de todo al Comandante regordete y se encuentran a estas horas especulando sobre si el público intelectualoide, lector de diarios de domingo, está preparado o no para entender la naturaleza del conflicto no como el producto de un caudillo caribeño, sino como la consecuencia de un conflicto social mucho más complejo. «¿Querrá nuestro público leer sobre eso?» se preguntan.

     La foto elegida para encabezar esta columna no fue tomada al azar. Es la foto del génesis del chavismo, en contraposición a las imágenes propuestas por Perfil, Clarín, La Nación, Pagina/12 e Infonews (Tiempo Argentino), las de Chávez sonriente, Chávez feliz, «el Chávez que hay que recordar». Quizá Marzo de 2013 sea un mes para reflexionar: los papas abdican, los héroes perecen y las ideas no se matan, cierto, pero cambian. Yo, a costa de eso, me veo obligado a llevar la contra. Obligado a escribir sobre Chávez que es un desperdicio escribir tanto sobre Chávez. Porque él se murió pero ahí esta Venezuela, con el mismo pueblo engolosinado por la prosa antiimperialista y la idea de un nuevo Dios Made in Latinoamérica. El mismo pueblo que acá, ansioso por encandilarse con el cuento de la Patria Grande y los discursos de Izquierda con puñetazos de Derecha. Pueblos que creen compatible la hermandad de las naciones con la doctrina barata del roban pero hacen. Pueblos que no encuentran contradictorio avasallar a minorías con tal de lograr, como sea, su ideal cristiano de amor y solidaridad.

     ¿Qué dejó Chávez, entonces, luego de muerto? Quizá las huellas del nuevo rumbo político que nos tocará atravesar, o la oportunidad abierta a Cristina o a Dilma de tomar el liderazgo regional. Con suerte, Chávez dejará mucho más luego de transcurrido cierto tiempo: un devenir de la historia que más tarde o más temprano habrá de echar luz completa sobre aquellas mayorías, sobre esos cincuenta y cuatro por cientos hiperinoculados con relatos fantásticos de Hugos y Perones y Néstores y Bolívares que jamás fueron realmente imprescindibles y posiblemente mucho menos necesarios.