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Manual para linchar mejor: Esto no es nuestra culpa

     Linchamientos hay desde hace tiempo ya. No es una creación de los medios. "Linchar", por lo que se dice "linchar", siempre se linchó a los chorros en el tren, cuándo se los veía, siempre se linchó a mil pibes encontrados in fraganti, delinquiendo, en cualquiera de las provincias del interior. A estos pibes también, desde hace tiempo, los viene linchando el Estado -su aparato: el Gobierno- en las cárceles, en las comisarías del Norte, de Córdoba y de la Patagonia. No es algo nuevo instalado por los medios. No es ni Massa ni Magnetto.

     A David no lo mataron ni Massa, ni Magnetto; lo mataron un montón de delincuentes, asesinos, productos de la sociedad e inadaptados a la misma ¿O no es así? ¿O cuando el que mata es de clase media no se trata de un producto creado por una sociedad que no supo contenerlo? ¿Cómo es la historia? ¿Linchamos "pobres" o linchamos "ladrones"? Porque a los que dicen que se está golpeando "a los pobres" hay que preguntarles dónde se guardaron todo ese discurso de la estigmatización de clase, de la criminalización de la pobreza.

     Poco seria es la teoría de la opereta mediática. Que "Massa critica el Código Penal y después sale Clarín a secundarlo echándole nafta al tema...". No. Así no es. Massa desde hace rato viene haciendo el papel de peroncho derechoso. Massa, el mismo que sale en cientos de fotos con Néstor y Cristina, el del PJ, ese mismo, desde hace rato viene ya con eso. Sí, lógicamente: hace uso político de un mal que nos aqueja. El problema es que el mal que nos aqueja está. Hay narcos, hay tratantes, hay chorros -de Villa 31, de Puerto Madero-. Ese el problema. El problema no es que Clarín le eche nafta al tema, sino que exista el tema.

     Más allá de eso, queda pendiente todavía el otro asunto. El sesgo analítico. Las lupas distintas. Cuando un pibe villero sale armado, roba, insulta, pega y (¿por qué no decirlo?) más de muchas veces mata, se trata de una víctima. No hay un chorro, hay un "producto social". Cuando un señor clase-media, bien letrado y bien vestido, se agolpa con otros tantos de su misma especie y le da una zurra de muerte a un negro, ahí sí es un asesino. No hay "producto social" ahí. No hay una sociedad enferma, con ilegalidad hasta en las comisuras de los testículos, con intolerancia y divisiones hasta en la mugre de las uñas, que en cierto modo propicia las arenas para que cualquiera haga lo que quiera hacer cualquiera.

     No se trata acá de defender a unos y atacar a otros. Para nada. Se trata de empezar a dejar las parcialidades de lado y tomar mínimamente las riendas de los hechos. Cuando los políticos oportunistas comienzan a decir que todo esto de los linchamientos es un mensaje de la sociedad, no mienten. Esos políticos siguen siendo unos oportunistas siempre. Massa es uno, por ejemplo, que ayer lo presentaban como el mejor kirchnerista y hoy lo exponen en sus antípodas ideológicas con el único fin de abrir todas las posibilidades para perpetuarse en el poder. Pero el mensaje de la sociedad está, porque linchadores, por muy malnacidos que sean, son parte de la sociedad -aún cuando los "esbirros" de Página12, como Mercedes Morán, no quieran verlo-.

     Mataron a David. No hay manera de traerlo de vuelta. Después, claro, los diarios se hicieron eco de los muchos otros casos similares que ocurren a lo largo y ancho de todo el territorio nacional. Y a David ya lo mataron. Así, uno puede quedarse simplemente con las frases repetidas, con que "los linchadores son unos hijos de puta", y "los medios, unos cipayos malintencionados". Uno tiene que preguntarse qué carajo está pasando. No es fácil asegurar quién es el absoluto responsable; si es que hubo un Estado "ausente", o un Estado "presente" lleno de mala gente. Pero qué preocupante es que el Estado, ante los hechos, aún suponiéndolo presente lo único que hace es salir a decir "esto no es nuestra culpa".