El 24 de Marzo de 2011, a las puertas del Congreso Nacional, entre los festejos por el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia, cerca de una decena de gigantografías se apostaban luciendo los cuerpos enteros de personajes como Mariano Grondona, Chiche Gelblung o Joaquín Morales Solá. Sobre sus caras, en las imágenes, había dianas dibujadas y salivadas; los niños se acercaban para escupirlas mientras los padres observaban entre risas.
Aquel mismo año 2011, casi cuatro meses después -un martes 12 de Julio-, luego de la victoria macrista en las elecciones republicanas por la gobernación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Página/12 publicó una carta de Fito Paez, intitulada "La Mitad", execrando sobre la mitad de la capital porteña que no lo comprendía. Fito continuó actuando en eventos oficiales a cambio de cuantiosas sumas de dinero y a pesar del poco tacto político que su sola imagen implicaba. Se disculpó, vagamente, un tiempo después. Aún hoy sigue siendo uno de los artistas favoritos de las altas cúpulas kirchneristas.
En Mayo de 2012 el Secretario de Comercio Guillermo Moreno emprendió un amistoso viaje a la República de Angola, presidida por José Eduardo dos Santos desde 1979 hasta la actualidad, para entablar una serie de acuerdos comerciales de manera bilateral. Durante el mismo se entregaron medias con la inscripción "Clarín Miente" a pequeños angoleños de sonrisas grandes y barrigas flacas. Allí en Angola los niños suelen hablar umbundu, kimbundu, kikongo, chokwe, nganguela, kwanyama o portugués, pero no español. Los niños, allí, tampoco suelen usar medias, pero la intención de aquel acto no era, evidentemente, ayudar sino algo más.
El Calafate, 5 de Enero de 2013; "Una respuesta al actor Ricardo Darín sobre las Declaraciones Juradas de "Los Kirchner" (sic).", carta de la Presidente Sra. Cristina Fernández al Sr. Ricardo Darín. Extracto:
Usted mismo fue acusado y detenido por un juez en marzo de 1991, por el delito de contrabando de una camioneta que ingresó al país con una franquicia especial para discapacitados. Perdón, no le deseo el mal a nadie, pero menos mal que no estábamos “Los Kirchner” en el gobierno, o hubiera sido considerado una persecución política. ¿Lo recuerda? La verdad yo lo había olvidado, con tantas cosas en la cabeza, pero hoy entré a clarín.com y leí la nota “Un fallo benefició a Darín”.Ricardo Darín revelaría más tarde el carácter engañoso de la información brindada por la investidura presidencial, aunque el daño ya había estado hecho.
El martes 22 de Enero del corriente en distintos lugares de Buenos Aires y Mar del Plata pudieron verse carteles sugiriendo que Jorge Lanata era un mercenario del Jefe de Gobierno Mauricio Macri y el Gobernador Daniel Scioli. No fue esa la primera vez -sí, hasta ahora, la última- que se realizaron ataques anónimos del mismo estilo contra periodistas y personajes abiertamente críticos de la gestión actual del Gobierno Nacional.
Casi dos años después del primer hecho citado en esta nota, apenas doce días luego del último, litros de tinta se volcarían sobre las hojas de Página/12 para repudiar y minimizar los abucheos a Boudou primero y Kicillof después. Los escraches también serían objeto de análisis peyorativos por parte de Tiempo Argentino y demás radios y revistas y programas de TV afines a la misma concepción de periodismo. En sí un escrache jamás podría considerarse como conducta civilizada, pero lo ocurrido con el Vicepresidente Amado Boudou y el Viceministro Axel Kicillof va más allá de una mera conducta y una mera idea de lo que es la civilización. En sí un escrache jamás podría ser deseable porque, por necesidad, para lo civilizado lo incivilizado jamás podría ser deseable. La cuestión central aquí es preguntarse si es verdad o no que por regla general lo civilizado nunca habrá de desear un escrache.
El elenco oficial sabe cuándo es conveniente y cuándo no enjugarse la boca con discursos moralistas, entiende perfectamente que no todo fenómeno social merece ser escuchado con la misma oreja y maneja a tal punto el concepto de democracia que hasta es capaz de convencer a toda una horda de idiotas de que no hay nada más democrático que ignorar la voz y el voto de aquellas clases sociales que piensan como los otros -entiendase: bajo el falso disfraz de la lucha de clases divididas según principios económicos se esconde la verdadera clasificación del universo kirchnerista: los que piensan como nosotros (ellos) y los que actúan (y tal vez piensan) como los otros.
Los escraches deben ser repudiados, es cierto, pero más repudiado debe ser el hecho de que sean necesarios -y hoy lo son-. Cuando la impotencia es lo último que le queda al pueblo frente un circo ambulante de corruptos y ladrones, y el único diálogo posible es el de la confrontación, la bronca se vuelve necesaria. Curiosa diferencia: la agrupación H.I.J.O.S. define "escrachar" como "poner en evidencia, revelar en público, hacer aparecer la cara de una persona que pretende pasar desapercibida"; el oficialismo por su parte, ahora, prefiere decir que "escrachar" es una "gorilada fascista". Quizás haga falta memoria o se haya perdido mucha (¡vaya ironía!) desde aquel 24 de Marzo del año 2011 hasta los días de hoy, porque no caben dudas de que si memoria sobrase el Gobierno Nacional ya habría entendido que la sociedad no comenzó a atacarlo sino más bien a hablarle en el mismo idioma.
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